Garantías: cuáles son los riesgos de salir como garante en un alquiler

Si bien salir como garante significa un acto de buena voluntad y generosidad, es importante saber que también implica riesgos que pueden impactar de manera directa en la economía personal.

En los contratos de alquiler, el garante asume la obligación de cumplir con el deber que tiene el inquilino en lo que respecta al inmueble alquilado.

De esta manera, si el inquilino incumple sus pagos, el dueño de la propiedad en alquiler reclamará el cobro de los montos adeudados, incluidos gastos por servicios (retrasos, abogados, etcétera). Y si el deudor no tiene recursos para responder, entonces deberá hacerlo su garante. Lo mismo ocurre frente a costos por daños y/o reparaciones.

Quien ocupa el rol de garante responde con su patrimonio legalmente al igual que el inquilino. Y de esta manera, el dueño del inmueble puede demandar al garante o al inquilino indistintamente frente a incumplimientos.

Es por esta razón que se recomienda que todo garante comprenda las obligaciones legales y financieras, y lea cuidadosamente el contrato de alquiler para asegurarse de conocer cuándo se cobrará la deuda, si el titular deja de pagar.

También cabe mencionar que si el garante llegara a tener que pagar alguna deuda por la garantía que le brindó al inquilino, luego le podrá reclamar su reintegro y, eventualmente, una indemnización por los daños y perjuicios generados.
 

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